externo, que involucraba forma y ritual, mientras que el culto del Nuevo Testamento se refiere a la experiencia espiritual interna.12 Tales generalizaciones son engañosas en varios aspectos. Primero, subestiman la naturaleza litúrgica de la adoración en el Nuevo Testamento. ¿Qué puede ser más cúltico y formal que la Cena del Señor, la experiencia de adoración por excelencia prescrita por Jesús, o el ritual del bautismo, requerido en la Gran Comisión? Hechos 2:41–42 describe a la iglesia primitiva
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